viernes, 21 de noviembre de 2008

Carne débil


Y sin decirlo...

Creo a tu lado, entrego.
Soy escoria, tu juego.
Te alejas, me desconecto.
No respiro, te espero.
Fría piel, sangre en fuego.
La muerte, nuestro beso.
Tu carniceria, mi cuerpo.
Mi desvelo, otro despellejo.
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jueves, 30 de octubre de 2008

Ixtab

Esa noche Fede decidió cumplir la promesa.
Mientras contemplaba su cuerpo me tome el tiempo para retener ese cuadro, y vaya que lo recuerdo!. Yo lo encontré primero y me daba el derecho de disfrutar su último acto, su obra maestra. Seguro que pensó en mí para la premiere.

Recuerdo la ultima charla que tuvimos, decía cosas como, …hice todo bien en la vida, para que?, cual es la recompensa? No tiene sentido seguir, y elucubró la promesa, mientras yo, asintiendo, en la nebulosa cotidiana, trataba de mantener la mirada pensando en los efectos que me daba el alcohol.
No creí que iba a tener el coraje para hacerlo y al verlo consumado, me emocionaba de melancolía y me enorgullecía, era muy extraña la sensación. A veces no llega el milagro del deseo, y la mente sigue.

En aquel gran silencio me aturdían los pensamientos, y estoy seguro, que sonarán mañana..
Fede dijo basta, y su decisión no deja de impresionarme. Optó por la sangre en el agua como para darse tiempo a una reflexión final.
Que estaría pensando en esos últimos momentos?
Quisiera saberlo.





Debería saberlo.

jueves, 25 de septiembre de 2008

Tu Marca

Otro domingo al borde de caer donde apuñalan los recuerdos, sobre todo esos que te marcan la piel. Habíamos llegado a un punto de conexión que solo mirarnos era sabernos. Esa noche tenia un encanto especial, lo recuerdo por la condensación del aire. Habías llorado por una perdida familiar y sabia que debía consolarte, y así lo hice. Te abracé y te lleve a mi cuarto, nos acostamos y hablamos de la muerte como otras veces pero cada vez mas presente. Estabas muy angustiada y temblando me dijiste esa boludez de que si yo me moría te morías conmigo. Te bese dulce y me correspondiste. Siguieron las caricias y sin hablar nos sacamos la ropa. Me excitaba lo que estaba pasando y lo sabias. Empezaba a llover y con los cuerpos desnudos era inevitable el desenlace. Nos rodeaba un aire macabro esa noche, vos seguías llorando y compartíamos esa mirada aún fresca de muerte. Te sugerí de parar y en respuesta, sin hablar, bajaste a mi sexo y te sentí como nunca en tu misión. No podía verte la cara la tapaba tu pelo, solo sentía las estocadas que me propinabas y el calor de tus lágrimas. Cada vez más fuerte me comiste y me mordiste hasta que me cortaste con tus dientes y apareció la sangre como ingrediente que sellaría nuestro acto. Me dolió el corte, grite y te dije suave que pares. No lo hiciste. En cambio levantaste tu cabeza y me miraste. Me miraste con la naturaleza de tu alma. Me miraste con tu cara pálida, tus ojos brillosos, con el marco negro que dibujaron tus lágrimas. Me miraste como el vampiro que se alimenta con su boca llena y coloreada. Me miraste.
Seguiste con tu labor. Deje la realidad y entre en la vida y aunque la herida era profunda, no sentía dolor. No pude aguantarme un segundo más y te di lo que querías. No dejaste huellas, limpiaste todo con tu lengua fiel. Solo quedo el estigma.
Después de ese día pareció que nada hubiera pasado, me esquivabas si te hacia algún comentario. Seguro no eras vos esa noche, quizás fue el regalo del alma que te dejaba. No lo sé.
Al tiempo nos dejamos.
Hoy llevo tu marca, esa que me hizo subir un peldaño más de la ladera.

jueves, 18 de septiembre de 2008

Mi cepa!


Llegué al mundo con tu olor, junto a mi transpiración. Como no quererte, algunos te dicen madre, yo te digo sangre. Porque me cuesta tanto hablarlo y sentirme entendido. porque siempre estas relacionada a la muerte, si sos vida. No puedo no tenerte presente, me condenaste desde mi llegada. No existe amor mas grande que el que te une a otra persona, compartiendo tu néctar mas valuado. No existe caricia mas placentera que cuando me recorres el cuerpo en estrechos hilos. Porque así nací, en tu calor y el día que lo dispongas y me abandones, no tendré tiempo para lágrimas.